Pensamientos por naturaleza

Noto la brisa y el silbido del viento,

respiro y reconozco el aroma del mar,

siento la arena entre mis dedos, 

mis oídos reciben el sonido de las olas

y un paisaje celeste es lo que mis ojos reflejan.

Totalmente anonadada con mis pensamientos,

sigo mirando al frente,

sin apartar la mirada momento alguno del mar.

Es un sitio tranquilo.

Cierras los ojos y pareces ser la única persona que habita en el mundo.

Es un buen sitio para reflexionar,

para adentrarte en el mundo sensible de las ideas,

para que en algún momento dado, todo desaparezca.

Pasa el tiempo y va atardeciendo.

La vista es bella,

la más bella que creeré ver en mi vida.

Pero seguiré sumergida aún en ese mundo con trampas.

Trampas que finalmente me dejaran sin cordura alguna,

pero seguiré adelante,

tengo una meta que llevar a cabo,

meta que me atormenta desde el pasado.

Poco a poco el atardecer desaparece,

y comienza el anochecer.

Todo se torna a un manto oscuro,

pero un manto formado por estrellas que dan un sentido mágico a la noche,

y una luna que torna serena en la oscuridad,

pues su luz es permanente y parece que pronto no desvanecerá.

Lanzo mi cuerpo suavemente sobre la arena,

ya está oscuro y no veo el mar,

pero oigo el pequeño romper de las olas,

y eso me relaja.

Cierro los ojos mientras mi mente trabaja.

Aún sigo enzarzada en mis pensamientos.

Tan enigmáticos e imponentes que me asustan,

Tan imponentes, que caigo en sus redes.

Vuelvo a abrir los ojos pero ahí siguen,

ya es demasiado tarde para lamentarse,

parece que me atormentarán de por vida.

La brisa ya no es tan cálida,

me incorporo,

me siento,

y fuertemente acerco mi pecho a mis piernas,

necesito calor.

Ahora mi cuerpo tiembla,

no sé si por miedo o por frío.

Esta vez cierro los ojos más fuerte,

Algo cálido cae de ellos.

¿Es una lágrima?

La verdad no lo creía.

Había pasado mucho tiempo,

ya no recordaba esa sensación.

Aunque era de esperar,

pues mis actos ya no son tan fieles a mi misma como eran antes.

Vivo una vida detrás de una máscara,

no del todo incorrecta,

pero no verdadera.

¿Pero qué es la verdad?

Algo relativamente cierto,

pues nunca seremos totalmente conocedores de su concepción,

tanto de forma abstracta como escrita.

Mi mente abarca demasiados pensamientos,

pero en realidad todos van dirigido hacia el mismo destino,

que a lo lejos se ve borroso como intentar ver el mar de noche en la lejanía,

y a la vez tan claro como si fuese de día.

Dos caminos me esperan en la vida,

¿Pero que pasos son los correctos?

Nunca lo sabré,

pero solo lo sabré si arriesgo,

pues no puedo esperar que lo hagan por mí,

es mi decisión.

Ya sé que caminos tengo a elegir,

y sé cual es el que deseo,

solo espero que el camino que coja sea el verdadero,

el que me haga feliz,

y en el que encuentre mi verdadero destino.